Por supuesto que sí. Ese algo es la poesía. Nuestras lenguas son, por supuesto, diferentes, como diversas son las maneras en que colocamos las palabras, frases y oraciones, así como la forma y la métrica de nuestros versos. Pero a través de sus modos y ritmos múltiples, la poesía nos remite al diálogo entre el cambio y la permanencia en la vida misma.
Mediante el lenguaje, expresamos nuestras distintas creencias, valores y experiencias. La pluralidad de ese río de identidades constituye la humanidad. La poesía es un puente entre personas y grupos que nos ayuda a comprendernos mutuamente y a entendernos a nosotros mismos. La poesía expresa -a veces de manera sencilla, otras con honda complejidad- nuestros temores, esperanzas, anhelos y presentimientos. En sus más eximias manifestaciones, la poesía es capaz de revelar verdades que captan la esencia de nuestra común humanidad y su belleza nos recuerda las cumbres artísticas que la especie es capaz de alcanzar.
Conmemoramos el centenario del nacimiento de un gran filósofo-poeta, Leopoldo Sedar Senghor, quien escribió: "Basta con nombrar algo para que bajo el signo empiece a surgir el significado". La poesía es una excelente manera de nombrar el mundo, dar cuenta de sus rasgos permanentes y de sus transformaciones en formas que deleitan al espíritu. Que el Día Mundial de la Poesía nos traiga a la memoria esta mágica capacidad, en todas sus modalidades". (Koichiro Matsuura).