Hablo contigo
con la calma de un río
que reposa sobre las arenas
amándote
perfecta diadema
del poncho polar.
Estoy ausente
donde tus ojos no me tocan
y mis manos no te alcanzan.
Amado, fui,
en un cuarto hecho cenizas
mientras mis hermanos
entraron las prisiones y mientras
soñé con tus brazos,
que lentos fui olvidando.
Ahora, estoy solo
absolutamente solo
sin ti
cantando a la libertad.