Hay que decirle lirio a ciertas cosas
que por su nombre común delatarían.
Hay que llamarle nube a los ensueños
y piedra a las balas dirigidas.
Hay que afectarlo todo.
Siempre y estrechamente nos vigilan.
Decir: rosa por sangre
espina por cuchillo
savia por fusil.
Hay que nombrarlo todo bajo signos.
Definitivamente a plan trazado
porque viene la hora de cantar en alto
un poema de rosas necesario.