Para decir tu nombre,
alzo mi estancia
hasta
los más azules huecos celestiales.
Cuento cada hoja
de los árboles tropicales.
Hilo en la lluvia de mi sustancia.
Aquieto mi ser.
Echo a dormir los años.
Retrocedo... No sueño.
Silbo tu canción,
la de siempre-antes,
para simplemente decir:
María del Carmen...